Sal 8:3,4
“Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú
formaste, Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites?”
¿Por qué
nos creó Dios? ¿Cómo está hecho el hombre?
Dios no necesitaba crear al hombre, pero nos creó para su propia
gloria. Dios no nos necesita a nosotros ni al resto de la creación para nada,
no obstante, nosotros y el resto de la creación le glorificamos y le producimos
gozo. Puesto que había amor y comunión perfectos entre los miembros de la
Deidad por toda la eternidad (Jn 17:24), Dios no nos creó porque se sintiera
solo ni porque necesitara compañerismo con otras personas. Dios no nos
necesitaba a nosotros por ninguna razón. No obstante, Dios nos creó para su
propia gloria. Dios habla de sus hijos e hijas de todas partes de la
tierra como aquellos que él ha creado para su gloria (Isa. 43:7
“Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y
los hice”; Efe. 1:11-12 “En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido
predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el
designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros
los que primeramente esperábamos en Cristo”).
Por tanto, estamos llamados a hacer todo lo que hagamos «para la gloria
de Dios» (1 Co 10:31).
Este hecho garantiza que nuestra
vida es significativa. Cuando nos damos cuenta que Dios no necesitaba crearnos
y que no nos necesita para nada, podíamos concluir que nuestras vidas no son
importantes para nada. Pero las Escrituras nos dicen que fuimos creados para
glorificar a Dios, lo que indica que somos importantes para Dios mismo. Esta es
la definición suprema de la auténtica importancia o significado de nuestra
vida: Si somos de verdad importantes para Dios por toda la eternidad, ¿qué
mayor importancia o significado podríamos querer?
¿Cuál es nuestro propósito en la vida?
El hecho de que Dios nos creó para su gloria determina la respuesta
correcta a la pregunta: « ¿Cuál es nuestro propósito en la vida?»
Este propósito de la existencia del hombre tiene dos vertientes: 1) Con
respecto a Dios, 2) Con respecto al hombre mismo.
Cuando hablamos con respecto a
Dios, Nuestro propósito debe ser cumplir la razón por la que Dios nos creó:
Glorificarle a él.
Pero cuando pensamos en nuestros propios intereses, nos encontramos con
el feliz descubrimiento de que estamos para gozar a Dios y deleitamos en él y
en nuestra relación con él. Jesús dice: «Yo he venido para que tengan vida, y
la tengan en abundancia» (Jn 10:10). David le dice a Dios: «Me llenarás de
alegría en tu presencia, y de dicha eterna a tu derecha» (Sal 16:11). Él anhela
morar en la casa del Señor para siempre, «para contemplar la hermosura del
Señor» (Sal 27:4).
¡Cuán hermosas son tus moradas, Señor Todopoderoso!
Anhelo con el alma los atrios del Señor.
Con el corazón, con todo el cuerpo, Canto alegre al
Dios de la vida…
Más vale pasar un día en tus atrios que mil fuera
de ellos (Sal 84:1-2, 10).
Este concepto de la doctrina de
la creación del hombre tiene resultados muy prácticos. Cuando nos damos cuenta
de que Dios nos ha creado para glorificarle, y cuando empezamos a actuar en
formas que cumplen ese propósito, empezamos a experimentar una intensidad de
gozo en el Señor que nunca antes habíamos conocido.
El hombre creado a la imagen de Dios.
“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a
nuestra imagen y semejanza; y señoree en
los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la
tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre
a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. (Gen. 1:26,27)
De todas las criaturas que Dios hizo, solo una, el hombre, se dice que
fue creado «a imagen de Dios»: ¿Qué significa esto?
Cuando Dios dice: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a
nuestra semejanza» (Gen. 1:26), el sentido es que Dios planeaba hacer una criatura
similar a él, significaría sencillamente a los lectores originales: «Hagamos al
hombre como nosotros somos y para que nos represente».
La naturaleza esencial del hombre.
¿Qué quieren decir las Escrituras con alma y
espíritu? ¿Son la misma cosa?
¿Cuántas partes hay en el hombre? Todos
estamos de acuerdo en que tenemos cuerpos físicos. La mayoría de las personas
(cristianos y no cristianos) sienten que también tienen una parte inmaterial,
un «alma» que vivirá después de que sus cuerpos mueran. Pero ahí termina el
acuerdo. Algunas personas creen que además de «cuerpo» y «alma» tenemos una
tercera parte, un «espíritu», que es lo que más directamente se relaciona con
Dios. El concepto de que el hombre está formado de tres partes (cuerpo, alma y
espíritu) se llama tricotomía!
Otros han dicho que «espíritu» no es otra
parte del hombre, sino un sinónimo de «alma», y que ambos términos son
intercambiables en las Escrituras para hablar acerca de la parte inmaterial del
ser humano, la parte que vive después que nuestros cuerpos mueren. El punto de
vista de que el hombre está formado de dos partes (cuerpo y alma/
espíritu) se llama dicotomía.
Estas dos perspectivas se sostienen en el
mundo cristiano hoy. Aunque la dicotomía ha sido afirmada más comúnmente a lo
largo de la historia de la iglesia y es mucho más común entre los eruditos
evangélicos de hoy, la tricotomía tiene también muchos defensores. En este
estudio usaremos el punto de vista de la tricotomía que ve al hombre formado de
tres partes, cuerpo, alma y espíritu, porque favorece una explicación del
hombre natural, el hombre carnal y el hombre espiritual a los que se refiere el
Apóstol Pablo en 1Cor. 2:9-3:4, y que es sumamente esencial en el conocimiento
de la vida cristiana, pues de otra forma sería más complicado entender la
regeneración o nuevo nacimiento, la transformación del cristiano y la redención
o glorificación del cuerpo físico.
No debemos pasar por alto, sin embargo, que el
punto de vista dualista también tiene apoyo bíblico, ya que frecuentemente en
las Escrituras se usan indistintamente alma y espíritu.
LAS FUNCIONES DE EL ESPIRITU, EL ALMA Y EL CUERPO.
1Ts 5:23 “Y el mismo Dios de paz os santifique
por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado
irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”.
Con esta cita bíblica fundamentamos la
existencia de las tres partes que integran al hombre, la cual se refuerza con
Hebreos 4:12 “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que
toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las
coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del
corazón”.
Con el cuerpo uno puede conocer el mundo
físico.
El cuerpo tiene cinco órganos, correspondientes a los cinco sentidos, que le
permiten al hombre comunicarse con el mundo físico.
Con el alma se puede conocer a sí mismo. En el alma se halla el
intelecto, los sentimientos o parte afectiva y la voluntad. A través del alma
el hombre es consciente de sí mismo, se relaciona afectivamente con otros seres
humanos, puede tomar decisiones y le capacita para existir independientemente.
El yo se halla en el alma.
Con el espíritu puede conocer a Dios. El espíritu es la parte
con la cual el hombre se comunica con Dios y con la cual lo adora, le sirve y
mantiene su relación con El.
Todo
esto es parte del hombre, constituye su personalidad y le faculta para estar
consciente de sí mismo, del mundo natural y del mundo espiritual.
Es importante entender, que las Escrituras
hablan del hombre como un ser integral, nunca dividido, cuya parte principal es
el alma, su personalidad. En el alma convergen el espíritu y el cuerpo. El alma
se halla entre esos dos mundos y pertenece a ambos. Por un lado, se comunica
con la esfera espiritual por medio del espíritu, y por otro, se comunica con el
mundo físico por medio del cuerpo. El alma tiene el poder de tomar decisiones
con respecto a las cosas que la rodean; puede acogerlas o rechazarlas. El
espíritu no puede controlar el cuerpo directamente; requiere un medio. Este
instrumento es el alma, la cual fue producida cuando el espíritu se unió con el
cuerpo y es el vínculo entre ambos. El espíritu puede gobernar el cuerpo por
medio del alma y sujetarlo bajo el poder de Dios. Por su parte, el cuerpo también
puede inducir al espíritu por medio del alma a amar al mundo.
La Función del alma es mantener al espíritu y
al cuerpo en su debido orden, para que no pierdan su relación. De esta manera,
el cuerpo, que es el más superficial, se someterá al espíritu; éste, por ser
más elevado, podrá controlar el cuerpo por medio del alma.
El alma es potencialmente la parte más fuerte
porque tanto el espíritu como el cuerpo están ligados a ella, la consideran su
personalidad y son afectados por ella. Al principio, cuando el hombre no había
pecado, el poder del alma estaba completamente sujeto al espíritu. Por lo
tanto, el poder del alma era el poder del espíritu. El espíritu no podía
controlar al cuerpo directamente; tenía que hacerlo por medio del alma.
En conclusión, el alma es la sede de la
personalidad, la parte principal del hombre ya que la voluntad, el intelecto y
los afectos se encuentran en ella; Con el espíritu el hombre se comunica con la
esfera espiritual, y con el cuerpo se relaciona con el mundo físico. El alma
está en medio de estas dos partes y determina cuál de las dos esferas ha de
gobernar. Algunas veces el alma rige por medio del intelecto y de los sentidos;
cuando eso sucede, el mundo psicológico lleva las riendas. Si el alma no cede
su gobierno al espíritu, éste no puede gobernar.
El alma es el amo de la persona porque incluye
la voluntad. Si el espíritu controla todo el ser, ello se debe a que el alma
cedió y tomó una posición sumisa. Si el alma se rebela, el espíritu no tiene
poder para controlarla. En esto consiste “el libre albedrío”. El hombre tiene
pleno derecho a tomar sus propias decisiones, pues no es una máquina controlada
por la voluntad de Dios. El tiene su propia facultad de reflexión. Puede
escoger obedecer la voluntad de Dios, o puede oponerse a ella y seguir la
voluntad del diablo. Según lo que Dios dispuso, el espíritu es la parte más
noble y debe controlar todo el ser del hombre. Sin embargo, la voluntad del
hombre (el alma) tiene potestad de escoger si permite que el espíritu gobierne
o si deja que lo haga el cuerpo, o puede hacer que el yo presida. Debido a que
el alma es tan poderosa, la Biblia la llama “alma viviente”.
EL ESPIRITU
Es muy importante que los creyentes sepan que
tienen un espíritu. Más adelante veremos que toda comunicación entre Dios y el
hombre se produce en el espíritu. Si un creyente no sabe qué es su espíritu, no
sabrá cómo tener comunión con Dios en el espíritu, y sustituirá la obra del
espíritu por actividades del alma, como por ejemplo, las de la mente y la parte
emotiva. Como resultado, permanecerá en la esfera del alma y no llegará a la
esfera espiritual.
De acuerdo con lo que enseña la Biblia y según
la experiencia del creyente, se puede decir que el espíritu del hombre está
compuesto de tres partes, o que tiene tres funciones. Estas tres partes son la
conciencia, la intuición y la comunión o adoración.
La conciencia es el órgano que discierne entre
lo correcto y lo incorrecto, lo cual no es afectado por el conocimiento
intelectual; es más bien un juicio directo y espontáneo. Si un hombre comete un error en su conducta,
su conciencia lo censurará.
La intuición es la percepción que se tiene
dentro del espíritu (llamada comúnmente “el 6° sentido”). Esta percepción es
directa y no depende de nada más; no necesitamos la ayuda de la mente ni de la
parte emotiva ni de la voluntad para tener este conocimiento, ya que viene
directamente de la intuición. Por medio de la intuición, el hombre puede
verdaderamente “conocer” la voluntad de Dios, recibir revelación e iluminación
espiritual. Los creyentes conocen todas las revelaciones de Dios y toda la
actividad del Espíritu Santo por medio de la intuición. El creyente debe seguir
la voz de la conciencia y la instrucción de la intuición.
La comunión que se tiene en el espíritu es la
adoración a Dios. Dios no viene por medio de nuestros pensamientos ni nuestras
emociones ni nuestros deseos. A Dios se le conoce directamente por medio del
espíritu, es decir, por medio del “hombre interior”, y no por medio del alma,
que es el hombre exterior.
EL ALMA
Además del espíritu, el órgano con el cual nos
comunicamos con Dios, también tenemos alma. En ella el hombre está consciente
de sí mismo y de su propia existencia. El alma es el órgano que constituye la
personalidad del hombre. Todo lo que incluye la personalidad, es decir, todo
elemento que constituye al hombre como tal, es parte del alma. Su intelecto, su
mente, sus ideales, su amor, sus reacciones, sus juicios, su voluntad, etc.,
todo ello es parte del alma. Ya dijimos que el espíritu y el
cuerpo están fusionados en el alma. Por eso, ella constituye la personalidad
del hombre y el centro de su ser. Por esta razón la Biblia llama alma al
hombre, como si fuera la única parte que tuviese. La existencia del hombre, sus
características y su vida provienen de su alma. Por eso la Biblia llama a los
hombres almas.
Los tres elementos
principales que conforman la personalidad del hombre o sea el alma son: la
voluntad, la mente o razón y la parte afectiva o emociones.
La voluntad le permite
al hombre tomar decisiones. Sin la voluntad, el hombre sería una máquina, el
hombre tiene “libre albedrío” lo que le da el derecho pero también la
responsabilidad de decidir.
La mente o razón es
nuestro intelecto, allí pensamos. Nuestra inteligencia, conocimiento, y todo lo
que incumbe a nuestra capacidad mental procede de la mente. Sin la mente, el
hombre sería incoherente.
La parte emotiva es el
asiento de los sentimientos y emociones, del amor, el odio y los demás
sentimientos. Podemos amar, odiar, regocijarnos, enojarnos, entristecernos y
alegrarnos mediante esta facultad. Sin ella, el hombre sería insensible como
una piedra.
LAS PARTES ESENCIALES DEL HOMBRE EN LA CREACIÓN.
Cuando el hombre fue creado, Dios estableció una relación de equilibrio
en el ser humano donde el espíritu, la parte del ser en comunión con Dios,
gobernaba al alma pues ésta se sometía a él voluntariamente, así el cuerpo
también quedaba sujeto.
LAS PARTES ESENCIALES DEL HOMBRE EN LA CAÍDA.
Cuando el hombre
desobedeció a Dios, este se rebeló ejerciendo su derecho de “libre albedrío”,
trayendo la muerte como castigo por el pecado (Rom. 6:23). La muerte decretada
como castigo judicial tiene varios momentos, en función del poder de la vida
que había en el hombre.
El efecto inmediato es la
muerte espiritual, la cual significa separación de Dios. Es decir, la conexión
o comunicación que permitía la relación del hombre con Dios queda cortada por
decreto Divino. El pecado ahora separa al hombre de Dios, el cual es Santo y
puro, por lo que no puede relacionarse con el pecado.
Esta muerte espiritual o
muerte del espíritu humano no significa que el espíritu deja de existir, porque
este es eterno por proceder de Dios. Significa que ahora está imposibilitado de
relacionarse con Dios y queda inactivo, lo que en cuanto a relación con Dios,
equivale a muerto.
Ahora el alma, sin el
control del espíritu, que está inactivo, toma el control del ser y reina el
“yo” en el hombre. Ahora vive para sí mismo y no para cumplir el propósito
establecido por Dios. Sin su relación con Dios el alma se va degradando de modo
que ahora sus pensamientos, deseos, sentimientos y decisiones se corrompen
alejándose cada vez más de la voluntad Divina hasta degradarse completamente.
(Gen 6:5).
El cuerpo físico, sin la relación sustentadora
con su fuente de vida, comienza el proceso de muerte, enfermando, envejeciendo,
hasta llegar al punto de muerte.
LA ESPERANZA DEL HOMBRE.
Dios, quien ama al hombre
por ser Su creación especial, “Su imagen y semejanza” tiene diseñado un plan de
rescate que cumple y satisface plenamente Su justicia perfecta.
La biblia dice en Juan
3:16,17 “Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo
para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él”.
Les invito a leer el blog hermano que trata temas sobre el cristianismo verdadero: cristinismoverdadero.blogspot.com
Espero sus comentarios, sugerencias y preguntas o dudas.
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