martes, 10 de febrero de 2015

El Conocimiento de la Vida Cristiana.



EL CONOCIMIENTO DE LA VIDA CRISTIANA.

Rom. 6:4 “Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva”.


INTRODUCCIÓN.
Los miembros de la iglesia primitiva con frecuencia se referían a sí mismos como aquellos que seguían el Camino. Pablo se refiere a su forma de vida como “el camino del Señor” y “el camino de Dios” (Hechos 18:25-26). En otras palabras, los primeros cristianos, que habían sido instruidos directamente por los apóstoles de Cristo, eran reconocidos por sus obras y sus acciones. Su forma de vida piadosa los distinguía de la sociedad en que vivían.
El camino de vida de los primeros cristianos se llamó el Camino porque ellos vivían de la forma en que Cristo vivía. Siguieron su ejemplo y obedecían sus instrucciones. El “Camino” era entonces, y sigue siendo, una forma de vivir y de pensar que es profundamente diferente de la que sigue la inmensa mayoría de la humanidad.
El cristianismo es más que un credo,  más que una religión. Es una manera de vivir para los que aceptan a Jesucristo como Salvador y Señor.
Dicha manera de vivir, se caracteriza por una relación íntima con Jesucristo (Dios manifestado en carne) como la piedra de fundamento, pero también en lo recibido por los Apóstoles y profetas (Efe. 2:20). De todo ello se comienza a conocer a través de la biblia, la palabra revelada y escrita de Dios.
La objeción común a esta última afirmación, es la gran confusión que existe ocasionada por la gran cantidad de “doctrinas” diferentes que se enseñan partiendo de una misma base bíblica. La razón de esta “variedad” de doctrinas sobre un mismo tema bíblico de debe a que se “interpreta” la biblia.
Para evitar esto, la misma Palabra de Dios nos da la dirección correcta en las siguientes citas bíblicas: 2Ped. 1:19-21; 1Cor. 2:7-11,16; Rom. 8:9-11; Efe.1:17-18.
De acuerdo con las Escrituras, la única manera de lograr un entendimiento correcto de lo que es verdaderamente la vida cristiana, es mediante recibir iluminación y revelación de parte de Dios mismo. Esto requiere del cristiano el aprender a ejercitar el espíritu para hacerlo sensible al trato de Dios.
Por no entender esto o por ignorarlo, multitudes de cristianos sinceros y bien intencionados viven un cristianismo fundado en doctrinas de hombres.    

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